Mi vida me ha llevado a una tierra lejana donde aún la contaminación no ha logrado llegar, donde las puestas de sol duran hasta las 11 de la noche y es meramente imposible encontrar la osa mayor entre tanta estrella. Me hallo en un lugar privilegiado en el que el silencio es mi mayor compañero y la soledad una ayuda imprescindible para que mi mente divague por las últimas luces de la tarde. Y aunque siempre se trate de la misma historia, mismo protagonista y misma suerte en cada momento que dedico me percato de aquellos sutiles detalles que hacen de este libro una historia interminable. Son hechos que provocan que tu corazón mantenga esa esperanza y, probablemente, son los culpables directos de tal dedicación. Son aquellos que en momentos en los que lo único que te apetece es tirar la toalla consiguen que al final la acabes colgando en cualquier tirador. Es triste, pero, sinceramente, es la verdad. Y a pesar de que hace bastante tiempo que me prometí continuar mi vida, las estrellas me hicieron percatarme de mi propia soledad, de la añoranza de su presencia, del deseo escondido tras velos de palabras vacías, de mentiras, propias de un corazón dolido desde hace mucho tiempo. Quiero, de verdad, cerrar los ojos en este momento y escuchar lo que debo hacer, el camino que he de escoger, pero al llevarlo a cabo lo único que consigo percibir es el sonido de los grillos. Y así, demasiado tiempo ha pasado. Y aún queda lo peor, "consejos vendo que para mí no tengo". El tiempo no es importante, cierto, pero no pueden pasar los días, meses y bonos de bus para darme cuenta de que la felicidad no se halla deseando el contacto permanente de aquel que te provoca dolor 30 de 31 días. Porque el masoquismo, nunca fue lo mío. Pero esta vez, sí, no sé si el karma de nuevo acecha mi estabilidad, de lo que estoy segura es de que aún ni mi razón ni mi corazón han conseguido darme apenas una explicación, una mera palabra, del porqué ayer desee con tanta fuerza que me abrazaras y me hablaras de ti, de aquello que te importa, que me miraras con esos ojos azules, que me sonrieras con esa sonrisa de medio lado que tanto me hizo soñar. Las estrellas me enseñaron que todo puede ocurrir, que el destino no está escrito que, cualquier día, puede pasar una estrella fugaz que te ayude a salir del abismo que ha supuesto intentar encontrar aquella constelación que puede ser tan solo una leyenda.
Y ya es de noche. Las luces de la ciudad no se ven desde este mágico lugar y así las dueñas de la inmensidad del cielo me dan la bienvenida, a la par que me inducen a pensar en ti con una sonrisa nostálgica. Y es que hoy soy la chica with a broken smile...
(She will be loved - Maroon 5)
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