Sigo pensando que aún hay una mínima posibilidad, que una batalla perdida es aquella que se abandona. Que soñar es querer y querer es poder.

Por eso me enamoré de ti.


Y miro hacia el estanque como si hubiese un horizonte infinito. Un nuevo grupo de patos avanza hacia el niño, que sigue lanzando trozos de pan seco desde la orilla. Pero hay también un patito que permanece apartado, ajeno a la orilla.
- Fíjate, ese eres tú - digo señalando al patito con un gesto de la cabeza - Siempre te has quedado así, apartado. Siempre has mirado el mundo desde un lado, y por eso me gustabas, por eso me enamoré de ti. Estaba segura de que, cuando hubieras decidido hacer algo... No sé, estaba segura de que te inventarías algo increíble, estaba segura de que me asombrarías. Y ahora resulta que de repente ves a un niño tirando pan seco al agua y lo mandas todo al traste y te vas corriendo a coger tu trozo con los demás.


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